Sobre Santiago Maldonado…

Hace unos días te escuché decir que no habías elegido esto. Te tocó por ser el hermano mayor de un pibe con muchos ideales y pocos miedos. Lo buscas sin importar nada. Estas cansado, triste. Lloras sin vergüenza. Todos los días pones la cara, pones el cuerpo, el corazón. Custodiaste 7 horas un cuerpo sin vida porque sabes que no se puede confiar en nadie. 7 horas parado junto a un cuerpo que puede ser tu hermano o no. No logró imaginar una aberración más grande que tener que cuidar un cadáver para que los “buitres” no se lo coman. Podría algunx de nosotrxs buscar hasta el cansancio y más? Podríamos resistir bajo una lluvia de mentiras? Podríamos permanecer de pié custodiando el cuerpo de un hermano?… sólo el verdugo más perverso podría someter a alguien a semejante aberración, nuestro país es una cloaca inmensa, llena de zombies que defienden al verdugo patrón. … Yo te pido perdón, porque ni tirando mil piedras, ni quemando mil regimientos podría ajusticiar tu dolor… perdón hermano, estamos con vos…

De Germán Maldonado a su hermano Sergio.


Palabras de un compañero amigo:

Que era una trampa, que iba a haber estado de sitio, que organizaban el acto agrupaciones oligarquicas, que iba a haber represion gravisima, que era una provocación, “una falta de respeto a la familia”. Fui ayer a la marcha en plaza de mayo. No pasó nada de toda la sarta de boludeces que dijeron sobre todo de sectores k. Con lo del “respeto” la familia de Maldonado se refería básicamente al papel nefasto de la prensa, no a que marchemos o no. La familia solo dijo que esta vez no convocaba, no que no marchemos, por otra parte Santiago Maldonado nunca le pidió permiso a su familia para cortar rutas. Sintió una injusticia y salió. Listo. Por lo demás todo mi respeto a esa familia. La figura de este chico trasciende a sus familiares, el odio que cada cual siente que lo exprese lo mas libremente posible. Algunos están tan domesticados y necesitados de jefes que si no hay orden de alguien que le diga qué hacer, no sale. Que qué dijo tal o cual, que si este o aquel. Loco, tenés odio, impotencia, salí a la calle cuando se te cante. Por lo demás es muy llamativo que hablen de “respeto a la familia” los mismos que en actos anteriores le quisieron negar el micrófono a la hermana de Arruga, desaparecido por la yuta de Scioli. Hablan de respeto a la familia los mismos que decían que los piqueteros se mataron entre ellos y que nunca recibieron al padre de Darío Santillán o a la familia de Daniel Solano, desaparecido con los Kirchner en el sur. “Respeto a la familia” los que aún justifican a Insfrán, quien silencia la voz de los familiares del otro Santillán, el que está preso en Formosa. Están tan domesticados que ven una capucha o un anarquista y sienten miedo, olvidándose que Maldonado era anarquista y que estaba encapuchado. Por otra parte la politiquería berreta de diversos partidos, que en su miseria buscan una migaja de votos o miles, negociando siempre la sangre derramada. Respetamos a la familia y sobre todo a Santiago, por eso salimos a la calle, somos el reflejo de lo que dejó ese chico. Los que leímos los mismos libros, oímos las mismas canciones, escuchamos las mismas historias. Somos sus compañeros. Cercanos, lejanos, sus compañeros, los anarquistas. Unos desaparecieron su cuerpo, otros quieren desaparecer sus ideas. El día que los pastores y los rebaños se terminen Macri no dura un segundo y ojo, Cristina tampoco. Y el que se vayan todos volverá a oírse, profunda voz libertaria que se ahogó desde el duhaldismo a esta parte. Muchos se jactaban de que había vuelto la gobernabilidad gracias a Néstor, lo que se olvidaron es que todo gobierno trae muertos y desaparecidos. Y que votando no solo legitiman al que votan sino también al que le sigue, porque aún creen en la gran mentira sin la que los Maldonado serían imposibles. Cuando vayan a votar sepan que votando a quien fuera vendrán otros Maldonados. Que entre tanta inmundicia se olvidaron de las calles, donde realmente se tiran las cartas si es que queremos ser libres. Si quieren seguir siendo esclavos vayan y voten. Y no se olviden que bajo el “respeto a la familia” se esconde el turbio deseo de algunos de dirigir la cosa. Empecemos a tirar abajo a todos los dirigentes. A vivir libremente, entre iguales, sin arriba ni abajo. Lo mismo y no otra cosa pensaba Maldonado, que era ni más ni menos un ANARQUISTA.